HÉCTOR NAÚM SCHMUCLER

“Los estudios de comunicación se focalizaron en las tecnologías de la comunicación,
dejando de lado lo mediático”.

Autores: Lic. Marcelo Brunet, Lic. Maximiliano Quinteros

Universidad Católica de Santiago del Estero DASS Universidad Nacional de Jujuy

Universidad Católica de Santiago del Estero DASS


Héctor Naúm Schmucler nació en Entre Ríos el 18 de julio de 1931, es un Sociólogo y Semiólogo. Estudió letras en la Universidad Nacional de Córdoba. Mediante una beca, realizó cursos en la Universidad de Buenos Aires. Obtuvo su licenciatura en 1961. Entre 1966 y 1969 estudió semiología bajo la dirección de Roland Barthes. Fundó la revista Pasado y Presente, junto a José María Aricó, Oscar del Barco y Samuel Kiczkowski. Fueron los primeros en abordar el campo de estudios de la comunicación en el país.

Difusiones tuvo la posibilidad de entrevistarlo en un ameno encuentro junto con él profesor Marcelo Brunet, a continuación extractos de esa charla en la cual nos comentaba sobre el rol de los estudios sobre la comunicación y la necesidad de seguir rescatando a la memoria.


¿Porque la decisión de estudiar en Francia?.


Cuando estudiaba me interesó el enfoque semiótico de la cultura, también la postura de Ronald Barthes y se fue dando todo para poder ir a estudiar. Eran momentos donde la Universidad no daba becas, era escaso el número y fue una opción de continuidad de los estudios que para mí poder seguir estudiando sobre el campo de la literatura. Allí comencé, luego me corrí al campo de la comunicación.


¿Cuándo se da ese interés por la comunicación?


Héctor Naúm Schmucler: Cuando estaba estudiando en Francia, año 1966, esto estallo allí y en algunos lugares de América Latina. En esos momentos lo literario pasa a tener mayor importancia en su relación con la comunicación. Es cuando lo masivo empieza a tomar importancia, cuando todo es una masa textual que va a ser observado desde el punto de vista semiológico, esto es lo que me origina el interés. Repito todo es visto como una masa textual posible de ser investigado, todo tenía significación.

No el mismo, pero si el espacio de estudio fue lo mismo. Fue así que mucho del trabajo literario lo fui guiando hacia la comunicación. Más allá de la formación académica que existe en la actualidad, con la revista “Comunicación y Cultura” ustedes cambiaron el parámetro de trabajo y de producción ¿Cómo fue el funcionamiento de esa publicación?¿Qué recuerda?

La aparición de esta revista junto con Armand Mattelart, el en Chile y yo en Argentina. Fue un momento donde los fenómenos de comunicación masiva tenía mucha difusión, no demasiado desconectado de lo semiótico que nos interesabas, si no de la importancia del campo de lo político. Fue un trabajo en conjunto donde los fenómenos de comunicación masiva empiezan a tener relevancia en el campo de estudio de la Comunicación. En la revista le dábamos mucha importancia al valor de los medios, todo lo que ocurría en el campo de lo social tenía una importancia ideológica.


¿Ese fue un espacio también de mucho trabajo para afianzar a nuevos investigadores? ¿A quien recuerda de esa época?.


En el capo específico no había muchos trabajos, pero en lo relativo a la relación y a la cultura si se generó muchos trabajos, ejemplo textos de lectura de las escuelas, se trabajo mucho en ellos, como para estudiar ideas dominantes de la época. También vinculados a la economía, determinada posesión de los medios. La revista nació a la vista de los movimientos sociales de América latina.

En Chile salió un número y medio, previo a la aparición de la dictadura.

En el país salió de forma irregular hasta la dictadura que no salió mas y luego siguió en Mexico producto de los exilios de los autores tanto a Francia como a Mexico. La revista tuvo mucho que ver con su contexto social. Fueron catorce números de producción, quedando como el recuerdo a una época agitada de mucho contenido ideológico en el campo comunicacional.


¿Desde la aparición de los libros de la Década del setenta sobre comunicación a la actualidad que ocurrió en el campo de producción?


Leer al Pato Donald es hoy algo menor, lo bueno fue comenzar a producir, es un símbolo de una discusión generalizada del mundo de las ideas, siempre la producción estuvo relacionada a los momentos sociales y culturales de América latina.

El pensamiento sobre los fenómenos de comunicación generó una aceptación teniendo en cuenta el momento de cada país. El desapasionamiento de las ideas va de la mano con los estudios que se generan, los hechos a veces condicionan que estudiar, el mundo pragmático es así, la resolución del problema es lo de aquí y ahora y esto diluye la intensidad de los estudios.


¿Sus preocupaciones en los estudios actuales porque sector pasan ahora?


El tema memoria es importante, los estudios de comunicación se focalizaron en las tecnologías de la comunicación, dejando de lado lo mediático, por razones históricas de nuestro país, me empecé a preocupar de la memoria colectiva. Esto es cercano a la cultura colectiva, es en muchos casos no solo registrar en la memoria si no saber cómo se construye la memoria, eso me parece lo más interesante a estudiar.


¿Sobre la Ley de Servicios Audiovisual que tiene para comentar?


Yo tuve cero participación, mi opinión es contundente es casi todos los aspectos, el problema es la banalidad a la cual se lo llevo al tema. Se dejo de lado la importancia de los problemas de la cultura mediática, se dejo de lado el espíritu colectivo del tema. La propiedad de los medios tiene que ser tratada más a fondo. Siempre se supo que los medios inciden en la realidad. La discusión que hubo no ahondo en fenómenos más importante de la práctica mediática, además de la generación de ilusión de cambios que no llegan a su fin hace pensar en lo irrealizable del todo. Lo político inmediato le quitó muchas posibilidades que el tema sea tratado en con calidad intelectual.