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· Recomendación 25/2004 Comité de la CEDAW.
Rubinzal Culzoni Editores. Boletín Diario del 14/5/2020.
· Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra, disponible en
www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-against-
women-during-pandemic+&cd=1&hl=es-419&ct=clnk&gl=ar
Re-pensando el campo
de intervención del trabajo
social junto a las víctimas
de violencia de género,
durante la pandemia de COVID-19
Autoras:
1 1,2
Érica Montenegro y Mónica Montenegro
1
UNJu
2
UCSE-DASS
E-mail: ericahuaico@gmail.com, monicarudy67@gmail.com
Érica Montenegro
Licenciada en Trabajo Social.
Docente de la Universidad Nacional de Jujuy
Prosecretaria Técnica de Juzgado. Poder Judicial Jujuy
Mónica Montenegro
Doctora y Magister en Antropología.
Prosecretaria de Investigación DASS-UCSE
Coordinadora del Gabinete de Investigación en Estudios Culturales DASS-UCSE.
Docente de la Universidad Nacional de Jujuy
Revista Difusiones, ISSN 2314-1662, Num. 18, agosto 2020, p59-67
Fecha de recepción: 25-06-2020. Fecha de aceptación: 14-07-2020
Artículos Originales
60
61
El contexto mundial actual, severamente afectado por la Pandemia de CoVid-19, nos obliga
a reflexionar acerca de la preservación tanto de la vida humana como del medioambiente.
El espacio donde desarrollamos nuestra cotidianeidad se pone en tela de juicio y la propia
praxis disciplinar busca nuevos horizontes epistémicos para comprender esta nueva
realidad y delinear metodologías adecuadas para intervenirla. El confinamiento como
medida preventiva conlleva nuevas problemáticas; en el caso del Trabajo Social afecta
directamente la posibilidad material de intervención ante la limitación de circulación de los
equipos profesionales. Esta situación acrecienta las desigualdades sociales al impactar
severamente sobre los grupos más vulnerables, que cuentan con escasas redes de
contención, como es el caso de las mujeres víctimas de violencia de género quienes, en una
generalidad de casos, quedan atrapadas en sus hogares junto a sus victimarios. En este
trabajo nos permitimos re-pensar desde el trabajo social la necesidad de ampliar las
fronteras epistémicas disciplinares para acceder a la comprensión de esta nueva realidad, y
reflexionamos sobre la necesidad de delinear nuevas herramientas para intervenir con
mayor eficacia, en casos de violencia de género ejercida sobre mujeres en el ámbito
intrafamiliar durante el confinamiento.
Resumen
Palabras clave
Pandemia de Covid-19, Trabajo Social, violencia de género, intervención.
Abstract
The current global context, severely affected by the CoVid-19 Pandemic, forces us to reflect
on the preservation of both human life and the environment. The space where we develop
our daily life is called into question and the disciplinary practice itself seeks new epidemic
horizons to understand this new reality and outline appropriate methodologies to
intervene. Confinement as a preventive measure involves new problems; in the case of
social work directly affects the material possibility of intervention in the face of the
limitation of the circulation of professional teams. This situation increases social
inequalities by severely impacting the most vulnerable groups, which have few containment
networks, such as women victims of gender-based violence who, in a general case, are
trapped in their homes with their perpetrators. In this paper we allow ourselves to re-think
from social work the need to expand the disciplinary epistemic boundaries in order to gain
an understanding of this new reality, and we reflect on the need to outline new tools to
intervene more effectively, in cases of gender-based violence exercised on women in the
intra-family sphere during confinement.
Pandemic of Covid-1, Social Work, gender-based violence, intervention.
Key Words
Introducción
Según la declaración de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres del 6 de abril de 2020, a
partir de la situación de confinamiento en la que se encuentran 90 países para evitar el
contagio del COVID-19, han aumentado en todo el mundo las llamadas solicitando ayuda a
las líneas de atención y a los refugios para la violencia doméstica. Autoridades
gubernamentales, personas que defienden los derechos de las mujeres y aliados de la
sociedad civil en Argentina, Canadá, Australia, Singapur, España, Francia, Reino Unido,
Chipre, Alemania y Estados Unidos, han señalado un aumento de las denuncias de violencia
doméstica durante la crisis y mayor necesidad de protección de emergencia.
En nuestro país, las situaciones de vulnerabilidad de las poblaciones más carenciadas se
han agravado en estos tiempos de Pandemia de Covid-19, esto se ve reflejado en
situaciones como pérdida de empleos, precarización laboral, alteración de las rutinas
diarias, mayor número de episodios de ansiedad y depresión, crecimiento de adicciones,
aumento de casos de violencia doméstica e intrafamiliar en mujeres, niñas, niños y
adolescentes, y en casos más graves femicidios, que se van sumando día a día (Montenegro
y Montenegro 2020); este hecho interpela crudamente la praxis del Trabajo Social
obligándonos a re-pensar cómo gestionar las intervenciones en condiciones de Pandemia
de Covid-19.
En este trabajo presentamos algunos interrogantes y reflexiones interdisciplinarias acerca
del campo de intervención del Trabajo Social junto a las víctimas de violencia de género,
durante la Pandemia de covid-19, por ello nos interesa partir presentando un estado
general de situación sobre las mujeres víctimas de violencia de Género durante el
confinamiento.
Reconociendo el contexto de la praxis
Definitivamente a partir de la declaración de la pandemia de Covid-19, el mundo sufrió
grandes e inesperadas transformaciones en sus estructuras sanitarias, sociales,
económicas, políticas y hasta ideológicas. En Argentina, una de las primeras medidas que
tomó el Estado Nacional y los Estados provinciales, fue la instrumentación de dispositivos
legales para establecer eficazmente normas de confinamiento obligatorio de los
ciudadanos, tendientes a evitar la propagación del virus y los contagios masivos.
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El contexto mundial actual, severamente afectado por la Pandemia de CoVid-19, nos obliga
a reflexionar acerca de la preservación tanto de la vida humana como del medioambiente.
El espacio donde desarrollamos nuestra cotidianeidad se pone en tela de juicio y la propia
praxis disciplinar busca nuevos horizontes epistémicos para comprender esta nueva
realidad y delinear metodologías adecuadas para intervenirla. El confinamiento como
medida preventiva conlleva nuevas problemáticas; en el caso del Trabajo Social afecta
directamente la posibilidad material de intervención ante la limitación de circulación de los
equipos profesionales. Esta situación acrecienta las desigualdades sociales al impactar
severamente sobre los grupos más vulnerables, que cuentan con escasas redes de
contención, como es el caso de las mujeres víctimas de violencia de género quienes, en una
generalidad de casos, quedan atrapadas en sus hogares junto a sus victimarios. En este
trabajo nos permitimos re-pensar desde el trabajo social la necesidad de ampliar las
fronteras epistémicas disciplinares para acceder a la comprensión de esta nueva realidad, y
reflexionamos sobre la necesidad de delinear nuevas herramientas para intervenir con
mayor eficacia, en casos de violencia de género ejercida sobre mujeres en el ámbito
intrafamiliar durante el confinamiento.
Resumen
Palabras clave
Pandemia de Covid-19, Trabajo Social, violencia de género, intervención.
Abstract
The current global context, severely affected by the CoVid-19 Pandemic, forces us to reflect
on the preservation of both human life and the environment. The space where we develop
our daily life is called into question and the disciplinary practice itself seeks new epidemic
horizons to understand this new reality and outline appropriate methodologies to
intervene. Confinement as a preventive measure involves new problems; in the case of
social work directly affects the material possibility of intervention in the face of the
limitation of the circulation of professional teams. This situation increases social
inequalities by severely impacting the most vulnerable groups, which have few containment
networks, such as women victims of gender-based violence who, in a general case, are
trapped in their homes with their perpetrators. In this paper we allow ourselves to re-think
from social work the need to expand the disciplinary epistemic boundaries in order to gain
an understanding of this new reality, and we reflect on the need to outline new tools to
intervene more effectively, in cases of gender-based violence exercised on women in the
intra-family sphere during confinement.
Pandemic of Covid-1, Social Work, gender-based violence, intervention.
Key Words
Introducción
Según la declaración de la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres del 6 de abril de 2020, a
partir de la situación de confinamiento en la que se encuentran 90 países para evitar el
contagio del COVID-19, han aumentado en todo el mundo las llamadas solicitando ayuda a
las líneas de atención y a los refugios para la violencia doméstica. Autoridades
gubernamentales, personas que defienden los derechos de las mujeres y aliados de la
sociedad civil en Argentina, Canadá, Australia, Singapur, España, Francia, Reino Unido,
Chipre, Alemania y Estados Unidos, han señalado un aumento de las denuncias de violencia
doméstica durante la crisis y mayor necesidad de protección de emergencia.
En nuestro país, las situaciones de vulnerabilidad de las poblaciones más carenciadas se
han agravado en estos tiempos de Pandemia de Covid-19, esto se ve reflejado en
situaciones como pérdida de empleos, precarización laboral, alteración de las rutinas
diarias, mayor número de episodios de ansiedad y depresión, crecimiento de adicciones,
aumento de casos de violencia doméstica e intrafamiliar en mujeres, niñas, niños y
adolescentes, y en casos más graves femicidios, que se van sumando día a día (Montenegro
y Montenegro 2020); este hecho interpela crudamente la praxis del Trabajo Social
obligándonos a re-pensar cómo gestionar las intervenciones en condiciones de Pandemia
de Covid-19.
En este trabajo presentamos algunos interrogantes y reflexiones interdisciplinarias acerca
del campo de intervención del Trabajo Social junto a las víctimas de violencia de género,
durante la Pandemia de covid-19, por ello nos interesa partir presentando un estado
general de situación sobre las mujeres víctimas de violencia de Género durante el
confinamiento.
Reconociendo el contexto de la praxis
Definitivamente a partir de la declaración de la pandemia de Covid-19, el mundo sufrió
grandes e inesperadas transformaciones en sus estructuras sanitarias, sociales,
económicas, políticas y hasta ideológicas. En Argentina, una de las primeras medidas que
tomó el Estado Nacional y los Estados provinciales, fue la instrumentación de dispositivos
legales para establecer eficazmente normas de confinamiento obligatorio de los
ciudadanos, tendientes a evitar la propagación del virus y los contagios masivos.
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Es sabido que muchas mujeres de sectores carenciados, no tienen acceso a consultas de
salud mental, sexual y reproductiva; como grupo poblacional vulnerable además de
enfrentarse a sentimientos de angustia y desesperanza no pueden imaginar la posibilidad
de un proyecto a futuro; máxime en estos tiempos de Pandemia, en que se ven
condicionadas a cohabitar con sus victimarios, amenazadas en su seguridad e integridad,
impedidas de acceder a redes de apoyo y contención ante situaciones de violencia
doméstica (Montenegro y Montenegro 2000).
El aislamiento social puede resultar efectivo para que las mujeres no se contagien de Covid-
19, aunque esta medida provoca una separación de las personas y los recursos que mejor
pueden ayudarlas, siendo esta situación perfecta para quienes ejercen comportamientos
controladores y violentos en el hogar. Entonces, al mismo tiempo que los sistemas
sanitarios se esfuerzan al límite para prevenir los contagios, los refugios para la violencia
doméstica alcanzan también su máxima capacidad, agravándose el déficit de servicio al
readaptar dichos centros a fin de ofrecer una respuesta adicional al Covid-19 (ONU
MUJERES- Informe 2020).
Sabemos que los cambios que se producen en el mundo externo repercuten en la
subjetividad de los individuos, en su mundo familiar generando en ocasiones precarización
psíquica (Briuoli 2007). La Pandemia no sólo amenaza la salud física, sino que impacta
1
severamente sobre la salud mental de los integrantes de las familias, generando en
Lamentablemente, en muchos casos el confinamiento alentó las condiciones de violencia
hacia las mujeres, que en algunos casos derivó en femicidios. El Observatorio de las
Violencias de Género Ahora Que Nos Ven” registró para el período 20/3/2020 y el
26/4/2020, un total de treinta y dos (32) femicidios en nuestro país durante el
confinamiento; del Informe se desprende que un 72% de los casos ocurrió en la vivienda de
las víctimas, evidenciando de esta manera que el “quédate en casa” representa un peligro
inminente para las mujeres.
Algunas especialistas sostienen que, en las familias más vulnerables, la vida cotidiana
transcurre en espacios limitados y muchas veces en hacinamiento, lo que ocasiona
conflictos entre los miembros del grupo familiar; desde que comenzó el confinamiento
obligatorio, es posible advertir que la situación de encierro agrava la violencia hacia las
mujeres. Se trate de una vivienda grande o pequeña, haya hijos o no, haya suficientes
alimentos o no, las relaciones de dominio existentes en las parejas debido al sistema
patriarcal imperante (Segato 2010), van llevando a un incremento de la violencia y tal vez
quienes hasta ahora no fueron víctimas hoy lo son y quienes ya eran víctimas antes de la
pandemia, hoy están en situación de mayor vulnerabilidad.
Como respuesta a esa problemática emergente, el Estado, a través de políticas de
emergencia, amplió la atención telefónica en la línea 144, y la línea 911 de emergencias.
También efectuó campañas de prevención de la Violencia de Género en distintos medios de
comunicación y en las redes sociales. Desde el Poder Judicial se prorrogaron las medidas de
protección, con las que contaban algunas mujeres por 90 días más, aunque esto claramente
resulta insuficiente; pensamos que los dispositivos que se encuentran funcionando para el
abordaje en la problemática (de orden policial y judicial) necesitan incorporar a
profesionales de otras disciplinas para realizar intervenciones psicosociales efectivas
durante esta emergencia sanitaria.
No debemos olvidar los casos de mujeres que trabajan en relación de dependencia, donde
el hogar se ha transformado en oficina y el tiempo de trabajo se ha extendido; y si pensamos
en las mujeres que se encuentran en relación de precariedad laboral, la angustia se
multiplica en forma exponencial, dado que no pueden implementar las estrategias de
supervivencia que desarrollan habitualmente para aportar un mínimo de ingresos
económicos al grupo familiar.
muchos casos angustias, fobias y otros trastornos psicológicos. Esto se acentúa en el caso
de las mujeres porque es en ellas, donde recae generalmente la mayoría de las cargas
familiares: las actividades domésticas, el cuidado de los hijos y el desarrollo de las
actividades de alfabetización de los mismos.
A esto debemos sumarle, la frágil condición laboral de gran parte de los profesionales del
Trabajo Social en la provincia de Jujuy que por un lado se encuentran obligados a trabajar en
condiciones de precarización y flexibilización laboral (como resultado de años de
desacertadas decisiones socioeconómicas y políticas por parte del Estado); y por otro, la
drástica reducción del personal en diferentes áreas y servicios ya que debido a su edad se
encuentran entre la población de riesgo (sin que estas medidas hayan contemplado la
posibilidad de garantizar reemplazos para estos espacios), lo que presenta una notable
reducción de profesionales para dar respuestas a las demandas presentadas
cotidianamente, que van en crecimiento (Costas Frisón, Montenegro- 2020).
1
Se define la Salud Mental desde la Ley vigente 26657/10, que en su artículo 3, expresa como un proceso determinado por
componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento, implica
una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona
Implicancia del Trabajo Social en contextos
de Pandemia de COVID 19
Desde el plano epistémico debe esforzarse con comprender de modo holístico el contexto
El Trabajo Social no es ajeno a la situación de pandemia que atravesamos y, al igual que otras
disciplinas científicas, se ve interpelada a partir del aislamiento social preventivo y
obligatorio, en forma dialéctica en sus dos planos: el epistémico y el de la intervención
profesional.
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Es sabido que muchas mujeres de sectores carenciados, no tienen acceso a consultas de
salud mental, sexual y reproductiva; como grupo poblacional vulnerable además de
enfrentarse a sentimientos de angustia y desesperanza no pueden imaginar la posibilidad
de un proyecto a futuro; máxime en estos tiempos de Pandemia, en que se ven
condicionadas a cohabitar con sus victimarios, amenazadas en su seguridad e integridad,
impedidas de acceder a redes de apoyo y contención ante situaciones de violencia
doméstica (Montenegro y Montenegro 2000).
El aislamiento social puede resultar efectivo para que las mujeres no se contagien de Covid-
19, aunque esta medida provoca una separación de las personas y los recursos que mejor
pueden ayudarlas, siendo esta situación perfecta para quienes ejercen comportamientos
controladores y violentos en el hogar. Entonces, al mismo tiempo que los sistemas
sanitarios se esfuerzan al límite para prevenir los contagios, los refugios para la violencia
doméstica alcanzan también su máxima capacidad, agravándose el déficit de servicio al
readaptar dichos centros a fin de ofrecer una respuesta adicional al Covid-19 (ONU
MUJERES- Informe 2020).
Sabemos que los cambios que se producen en el mundo externo repercuten en la
subjetividad de los individuos, en su mundo familiar generando en ocasiones precarización
psíquica (Briuoli 2007). La Pandemia no sólo amenaza la salud física, sino que impacta
1
severamente sobre la salud mental de los integrantes de las familias, generando en
Lamentablemente, en muchos casos el confinamiento alentó las condiciones de violencia
hacia las mujeres, que en algunos casos derivó en femicidios. El Observatorio de las
Violencias de Género Ahora Que Nos Ven” registró para el período 20/3/2020 y el
26/4/2020, un total de treinta y dos (32) femicidios en nuestro país durante el
confinamiento; del Informe se desprende que un 72% de los casos ocurrió en la vivienda de
las víctimas, evidenciando de esta manera que el “quédate en casa” representa un peligro
inminente para las mujeres.
Algunas especialistas sostienen que, en las familias más vulnerables, la vida cotidiana
transcurre en espacios limitados y muchas veces en hacinamiento, lo que ocasiona
conflictos entre los miembros del grupo familiar; desde que comenzó el confinamiento
obligatorio, es posible advertir que la situación de encierro agrava la violencia hacia las
mujeres. Se trate de una vivienda grande o pequeña, haya hijos o no, haya suficientes
alimentos o no, las relaciones de dominio existentes en las parejas debido al sistema
patriarcal imperante (Segato 2010), van llevando a un incremento de la violencia y tal vez
quienes hasta ahora no fueron víctimas hoy lo son y quienes ya eran víctimas antes de la
pandemia, hoy están en situación de mayor vulnerabilidad.
Como respuesta a esa problemática emergente, el Estado, a través de políticas de
emergencia, amplió la atención telefónica en la línea 144, y la línea 911 de emergencias.
También efectuó campañas de prevención de la Violencia de Género en distintos medios de
comunicación y en las redes sociales. Desde el Poder Judicial se prorrogaron las medidas de
protección, con las que contaban algunas mujeres por 90 días más, aunque esto claramente
resulta insuficiente; pensamos que los dispositivos que se encuentran funcionando para el
abordaje en la problemática (de orden policial y judicial) necesitan incorporar a
profesionales de otras disciplinas para realizar intervenciones psicosociales efectivas
durante esta emergencia sanitaria.
No debemos olvidar los casos de mujeres que trabajan en relación de dependencia, donde
el hogar se ha transformado en oficina y el tiempo de trabajo se ha extendido; y si pensamos
en las mujeres que se encuentran en relación de precariedad laboral, la angustia se
multiplica en forma exponencial, dado que no pueden implementar las estrategias de
supervivencia que desarrollan habitualmente para aportar un mínimo de ingresos
económicos al grupo familiar.
muchos casos angustias, fobias y otros trastornos psicológicos. Esto se acentúa en el caso
de las mujeres porque es en ellas, donde recae generalmente la mayoría de las cargas
familiares: las actividades domésticas, el cuidado de los hijos y el desarrollo de las
actividades de alfabetización de los mismos.
A esto debemos sumarle, la frágil condición laboral de gran parte de los profesionales del
Trabajo Social en la provincia de Jujuy que por un lado se encuentran obligados a trabajar en
condiciones de precarización y flexibilización laboral (como resultado de años de
desacertadas decisiones socioeconómicas y políticas por parte del Estado); y por otro, la
drástica reducción del personal en diferentes áreas y servicios ya que debido a su edad se
encuentran entre la población de riesgo (sin que estas medidas hayan contemplado la
posibilidad de garantizar reemplazos para estos espacios), lo que presenta una notable
reducción de profesionales para dar respuestas a las demandas presentadas
cotidianamente, que van en crecimiento (Costas Frisón, Montenegro- 2020).
1
Se define la Salud Mental desde la Ley vigente 26657/10, que en su artículo 3, expresa como un proceso determinado por
componentes históricos, socioeconómicos, culturales, biológicos y psicológicos, cuya preservación y mejoramiento, implica
una dinámica de construcción social vinculada a la concreción de los derechos humanos y sociales de toda persona
Implicancia del Trabajo Social en contextos
de Pandemia de COVID 19
Desde el plano epistémico debe esforzarse con comprender de modo holístico el contexto
El Trabajo Social no es ajeno a la situación de pandemia que atravesamos y, al igual que otras
disciplinas científicas, se ve interpelada a partir del aislamiento social preventivo y
obligatorio, en forma dialéctica en sus dos planos: el epistémico y el de la intervención
profesional.
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Para Fernandez Esquinas: 2020, “los retos más importantes se refieren a la orientación del
papel de las ciencias sociales para contribuir a resolver los efectos de una crisis como la
actual. Unos son de carácter interno a las disciplinas. Se encuentran en la manera en que los
profesionales orienten la enseñanza y sus habilidades de investigación y análisis para
resolver problemas reales.
Siguiendo a Quispe Crispin (2020) quién explica el caracter de la disciplina del Trabajo Social
pensado desde Paulo Netto con “Su carácter “profesionalizante”, consiste en su acomodo
y flexibilidad en torno a la demanda de afrontar situaciones sociales conforme el contexto lo
requiera”. Asimismo siguiendo a Max Agüero sabemos que el aspecto o dimensión que para
el Trabajo Social adquiere estatuto e objeto disciplinar y de intervención, no sería otro que
los modos de mediación simbólicos que construyen los agentes sociales en su vida
cotidiana en relación con sus necesidades y demandas sociales, en vínculo con las
condiciones de producción material, social y simbólica en un espacio, tiempo y tiempos
determinados.
Algunas investigadoras afirman que la actuación del trabajador Social se encuentra en un
campo problemático que abarca los problemas sociales que adquieren particularidad, en
tanto están referidos a la manifestación de la Cuestión Social que se expresa en la práctica
cotidiana de los sujetos; dicha práctica es condicionada por las posiciones diferenciadas
que establece un tipo determinado de organización social (Rozas Pagaza 2000). Esto nos
lleva a re-considerar las perspectivas de análisis del contexto social: el espacio teórico, la
inscripción de la práctica, el lugar epistemológico y las cuestiones éticas para comprender
desde que racionalidad pensamos y ponemos en acto la intervención, entendiendo la
necesidad de una actividad interdisciplinaria como propuesta para la acción cooperativa de
los sujetos (Simón y Montenegro 2018).
de intervención, analizando los nuevos atravesamientos que sufre el ejercicio de la
profesión en la actual crisis sanitaria; se trata de nuevos escenarios socioeconómicos donde
se están profundizando las condiciones de vulnerabilidad y empobrecimiento de las clases
trabajadoras debido al desempleo y a la precariedad laboral. Por lo antes mencionado, en el
plano de la intervención, se evidencia una complejización de las acciones que obliga a re-
pensar el campo de intervención junto a las víctimas de violencia de género, a partir de
nuevas herramientas metodológicas.
Re-pensando el campo de intervención
junto a las víctimas de violencia de género
A nuestro modo de ver, en este contexto de pandemia mundial, cuidar la vida es lo
primordial, y esto vale tanto para las mujeres víctimas de violencia de genero con las que
intervenimos en búsqueda de soluciones a los problemas sociales emergentes, como para
Ello trajo aparejado una nueva problemática para el ejercicio profesional dado que, aunque
las líneas telefónicas directas pueden funcionar como una herramienta efectiva para asistir
a las personas de la comunidad desde una perspectiva de género se hace necesario una
capacitación en esta área. Asimismo, se debe tener en cuenta que muchas mujeres en
confinamiento no cuentan con teléfonos celulares para comunicarse ni con conectividad
para hacerlo, lo que limita aún más la intervención.-
los profesionales del Trabajo Social.
La dinámica de la realidad social, es tan vertiginosa e incierta que nos interpela a ser
creativos en la búsqueda de nuevas estrategias como colectivo profesional. Los entornos de
protección, como las redes de apoyo familiar y social en las mujeres víctimas de violencia
son la clave para trabajar desde un abordaje comunitario, siendo necesaria la inclusión de
trabajos de prevención y de promoción de derechos.
2
Previo al establecimiento por decreto del Ejecutivo Nacional del aislamiento social
preventivo y obligatorio, una de las herramientas más utilizadas en el abordaje de la
problemática con víctimas de Violencia de Genero era la entrevista interdisciplinaria y la
visita domiciliaria. A partir del confinamiento, los trabajadores/as sociales vieron
obstaculizada su tarea en virtud de que algunas instituciones del Estado que abordan la
problemática de la violencia de género, solicitaron modificar el modo de intervención
optando por la vía telefónica o de videollamada: la provincia de Jujuy adhirió a esta
modalidad.
Esta situación interpela al colectivo de profesionales del Trabajo Social a re-pensar su praxis
que, de cierto modo incentivaron conversatorios organizados por distintas instituciones
(Colegios Profesionales de otras provincias, Organizaciones de la Sociedad Civil,
Universidades), y debates al interior de los equipos de trabajo, tendientes a definir
estrategias eficaces para el abordaje de las problemáticas, y nuevas herramientas para la
intervención. Se analizó críticamente el uso de la telefonía celular y las redes sociales, ante
la urgencia que significa el trabajo con víctimas de violencia de género, reconociendo que
no alcanzan para dar respuesta a esta problemática emergente.
Por ello es necesaria la creación de nuevos dispositivos de emergencia y de estrategias de
abordaje desde el Trabajo Social para garantizar una intervención de calidad y sobre todo de
respeto y restitución de los derechos de las mujeres que día a día soportan situaciones de
violencia.-
2
Decreto del Ejecutivo Nacional 297/2020, acerca del aislamiento soc ial preventivo y obligatorio, publicado en el Boletin
Oficial el 20/03/2020
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Para Fernandez Esquinas: 2020, “los retos más importantes se refieren a la orientación del
papel de las ciencias sociales para contribuir a resolver los efectos de una crisis como la
actual. Unos son de carácter interno a las disciplinas. Se encuentran en la manera en que los
profesionales orienten la enseñanza y sus habilidades de investigación y análisis para
resolver problemas reales.
Siguiendo a Quispe Crispin (2020) quién explica el caracter de la disciplina del Trabajo Social
pensado desde Paulo Netto con “Su carácter “profesionalizante”, consiste en su acomodo
y flexibilidad en torno a la demanda de afrontar situaciones sociales conforme el contexto lo
requiera”. Asimismo siguiendo a Max Agüero sabemos que el aspecto o dimensión que para
el Trabajo Social adquiere estatuto e objeto disciplinar y de intervención, no sería otro que
los modos de mediación simbólicos que construyen los agentes sociales en su vida
cotidiana en relación con sus necesidades y demandas sociales, en vínculo con las
condiciones de producción material, social y simbólica en un espacio, tiempo y tiempos
determinados.
Algunas investigadoras afirman que la actuación del trabajador Social se encuentra en un
campo problemático que abarca los problemas sociales que adquieren particularidad, en
tanto están referidos a la manifestación de la Cuestión Social que se expresa en la práctica
cotidiana de los sujetos; dicha práctica es condicionada por las posiciones diferenciadas
que establece un tipo determinado de organización social (Rozas Pagaza 2000). Esto nos
lleva a re-considerar las perspectivas de análisis del contexto social: el espacio teórico, la
inscripción de la práctica, el lugar epistemológico y las cuestiones éticas para comprender
desde que racionalidad pensamos y ponemos en acto la intervención, entendiendo la
necesidad de una actividad interdisciplinaria como propuesta para la acción cooperativa de
los sujetos (Simón y Montenegro 2018).
de intervención, analizando los nuevos atravesamientos que sufre el ejercicio de la
profesión en la actual crisis sanitaria; se trata de nuevos escenarios socioeconómicos donde
se están profundizando las condiciones de vulnerabilidad y empobrecimiento de las clases
trabajadoras debido al desempleo y a la precariedad laboral. Por lo antes mencionado, en el
plano de la intervención, se evidencia una complejización de las acciones que obliga a re-
pensar el campo de intervención junto a las víctimas de violencia de género, a partir de
nuevas herramientas metodológicas.
Re-pensando el campo de intervención
junto a las víctimas de violencia de género
A nuestro modo de ver, en este contexto de pandemia mundial, cuidar la vida es lo
primordial, y esto vale tanto para las mujeres víctimas de violencia de genero con las que
intervenimos en búsqueda de soluciones a los problemas sociales emergentes, como para
Ello trajo aparejado una nueva problemática para el ejercicio profesional dado que, aunque
las líneas telefónicas directas pueden funcionar como una herramienta efectiva para asistir
a las personas de la comunidad desde una perspectiva de género se hace necesario una
capacitación en esta área. Asimismo, se debe tener en cuenta que muchas mujeres en
confinamiento no cuentan con teléfonos celulares para comunicarse ni con conectividad
para hacerlo, lo que limita aún más la intervención.-
los profesionales del Trabajo Social.
La dinámica de la realidad social, es tan vertiginosa e incierta que nos interpela a ser
creativos en la búsqueda de nuevas estrategias como colectivo profesional. Los entornos de
protección, como las redes de apoyo familiar y social en las mujeres víctimas de violencia
son la clave para trabajar desde un abordaje comunitario, siendo necesaria la inclusión de
trabajos de prevención y de promoción de derechos.
2
Previo al establecimiento por decreto del Ejecutivo Nacional del aislamiento social
preventivo y obligatorio, una de las herramientas más utilizadas en el abordaje de la
problemática con víctimas de Violencia de Genero era la entrevista interdisciplinaria y la
visita domiciliaria. A partir del confinamiento, los trabajadores/as sociales vieron
obstaculizada su tarea en virtud de que algunas instituciones del Estado que abordan la
problemática de la violencia de género, solicitaron modificar el modo de intervención
optando por la vía telefónica o de videollamada: la provincia de Jujuy adhirió a esta
modalidad.
Esta situación interpela al colectivo de profesionales del Trabajo Social a re-pensar su praxis
que, de cierto modo incentivaron conversatorios organizados por distintas instituciones
(Colegios Profesionales de otras provincias, Organizaciones de la Sociedad Civil,
Universidades), y debates al interior de los equipos de trabajo, tendientes a definir
estrategias eficaces para el abordaje de las problemáticas, y nuevas herramientas para la
intervención. Se analizó críticamente el uso de la telefonía celular y las redes sociales, ante
la urgencia que significa el trabajo con víctimas de violencia de género, reconociendo que
no alcanzan para dar respuesta a esta problemática emergente.
Por ello es necesaria la creación de nuevos dispositivos de emergencia y de estrategias de
abordaje desde el Trabajo Social para garantizar una intervención de calidad y sobre todo de
respeto y restitución de los derechos de las mujeres que día a día soportan situaciones de
violencia.-
2
Decreto del Ejecutivo Nacional 297/2020, acerca del aislamiento soc ial preventivo y obligatorio, publicado en el Boletin
Oficial el 20/03/2020
66 67
Reflexiones finales
Estamos convencidas de la necesidad de poder efectuar acciones coordinadas desde las
distintas áreas del Estado como alternativa posible, a los fines del seguimiento de los casos,
construyendo redes de apoyo familiar y social para las víctimas de Violencia de Género en el
territorio. Ese seguimiento debería de ser preferentemente no presencial para evitar
riesgos para la salud de los y las profesionales. El uso de la teleasistencia de forma más
intensa, haciendo un seguimiento más próximo y cercano y en el caso de ser necesario de
manera, presencial en domicilio o despacho.
La suspensión de muchas actividades, servicios presenciales como centros de día, centros
de atención en problemáticas de Violencia, suponen un recorte en la atención a estas
personas que ha de ser compensado por otros medios a los fines de no vulnerar sus
derechos a una vida sin violencia.
La pandemia, nos moviliza, obligándonos a planificar nuevas formas de intervención en
relación a nuevas problemáticas que emergen producto del cambio que se plantea en la
cotidianeidad de nuestras comunidades, en virtud que a partir del confinamiento los
sujetos con los que intervenimos bajo el lema quédate en casa”, se vieron obligados a
interrumpir sus actividades sociales, familiares, económicas y sanitarias, lo que impacta en
la salud mental de las personas, dificultándose los vínculos familiares y sociales por las
restricciones de contacto ante el peligro de contagio por Covid 19.
Atravesamos un momento histórico donde la vorágine del ejercicio de nuestra profesión, no
encontramos espacio para la reflexión de nuestras prácticas, apareciendo interrogantes, de
un futuro que se nos presenta incierto, y que posiblemente traerá dentro de sus efectos una
crisis económica-política y social que se profundizará a raíz de la situación sanitaria que nos
encontramos viviendo; lo que plantea nuevos desafíos para la restitución de derechos.-
Referencias bibliográficas
Fernández Esquinas, M. (2020). Sociología y Ciencias Sociales en tiempos de pandemia
Briuoli, N.M. (2007). La construcción de la subjetividad. El impacto de las políticas sociales.
HAOL, Núm. 13: 81-88.
Costas Frisón, C. y Montenegro, E. (2020). Reflexiones iniciales sobre el ejercicio profesional
del Trabajo Social en la provincia de Jujuy ante la situación de Pandemia covid19. En:
Bergesio, L. y Perassi, L (Coords.) Pensando la pandemia en/desde Jujuy reflexiones
situadas (pp. 51-55) Editorial Tiraxi.
Custo, M. (2008). Ciudadanía y Salud Mental. Una mirada del Trabajo Social. Buenos Aires:
Editorial Espacio
http://dx.doi.org/10.7203/RASE.13.2.17113 Págs. 105-113
Quispe Crispín, C. (2020). Trabajo Social y el COVID-19: Perspectiva Política, Praxis
P r o f e s i o n a l y P o s i b i l i d a d C o m u n i t a r i a . R e v i s t a M a r g e n
https://www.margen.org/pandemia/quispe.html
Rozas Pagaza, M. (2000): La intervención profesional en relación con la Cuestión Social.
Buenos Aires: Espacio
Max Agüero, E. (2012). Trabajo Social Familiar e Intervención Diagnóstica: Apuntes y
Contribuciones Teóricas- Epistemológicas. San Salvador de Jujuy.
Montenegro, E. y Montenegro, M. (2020). Revista Reflexiones 7 (en prensa).
Segato, R. (2010). Las estructuras elementales de la violencia: ensayos sobre género entre la
antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Prometeo.
Simón, C. y Montenegro, E. (2018). El rol del trabajador social dentro del ámbito de la
justicia, en el marco de la Ley de Salud Mental 26657/10. Revista Difusiones 14:89-100.
Legislación y otros documentos consultados
ONU MUJERES. Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra. Declaración de
Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres (Fecha: 06/04/2020)
https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-
against-women-during-pandemic
Ley 26.657. Ley Nacional de Salud Mental.
Ley Provincial N°5937 de Adhesión a La Ley Nacional de Salud Mental.
Ley Nacional de Ejercicio Profesional de Trabajo Social N°27072.
OBSERVATORIO DE LAS VIOLENCIAS DE GÉNERO Ahora Que Nos Ven” “Femicidios
durante la Cuarentena” Disponible en: http://idepsalud.org/hubo-32-femicidios-durante-
la-cuarentena-observatorio-ahora-que-si-nos-ven/
66 67
Reflexiones finales
Estamos convencidas de la necesidad de poder efectuar acciones coordinadas desde las
distintas áreas del Estado como alternativa posible, a los fines del seguimiento de los casos,
construyendo redes de apoyo familiar y social para las víctimas de Violencia de Género en el
territorio. Ese seguimiento debería de ser preferentemente no presencial para evitar
riesgos para la salud de los y las profesionales. El uso de la teleasistencia de forma más
intensa, haciendo un seguimiento más próximo y cercano y en el caso de ser necesario de
manera, presencial en domicilio o despacho.
La suspensión de muchas actividades, servicios presenciales como centros de día, centros
de atención en problemáticas de Violencia, suponen un recorte en la atención a estas
personas que ha de ser compensado por otros medios a los fines de no vulnerar sus
derechos a una vida sin violencia.
La pandemia, nos moviliza, obligándonos a planificar nuevas formas de intervención en
relación a nuevas problemáticas que emergen producto del cambio que se plantea en la
cotidianeidad de nuestras comunidades, en virtud que a partir del confinamiento los
sujetos con los que intervenimos bajo el lema quédate en casa”, se vieron obligados a
interrumpir sus actividades sociales, familiares, económicas y sanitarias, lo que impacta en
la salud mental de las personas, dificultándose los vínculos familiares y sociales por las
restricciones de contacto ante el peligro de contagio por Covid 19.
Atravesamos un momento histórico donde la vorágine del ejercicio de nuestra profesión, no
encontramos espacio para la reflexión de nuestras prácticas, apareciendo interrogantes, de
un futuro que se nos presenta incierto, y que posiblemente traerá dentro de sus efectos una
crisis económica-política y social que se profundizará a raíz de la situación sanitaria que nos
encontramos viviendo; lo que plantea nuevos desafíos para la restitución de derechos.-
Referencias bibliográficas
Fernández Esquinas, M. (2020). Sociología y Ciencias Sociales en tiempos de pandemia
Briuoli, N.M. (2007). La construcción de la subjetividad. El impacto de las políticas sociales.
HAOL, Núm. 13: 81-88.
Costas Frisón, C. y Montenegro, E. (2020). Reflexiones iniciales sobre el ejercicio profesional
del Trabajo Social en la provincia de Jujuy ante la situación de Pandemia covid19. En:
Bergesio, L. y Perassi, L (Coords.) Pensando la pandemia en/desde Jujuy reflexiones
situadas (pp. 51-55) Editorial Tiraxi.
Custo, M. (2008). Ciudadanía y Salud Mental. Una mirada del Trabajo Social. Buenos Aires:
Editorial Espacio
http://dx.doi.org/10.7203/RASE.13.2.17113 Págs. 105-113
Quispe Crispín, C. (2020). Trabajo Social y el COVID-19: Perspectiva Política, Praxis
P r o f e s i o n a l y P o s i b i l i d a d C o m u n i t a r i a . R e v i s t a M a r g e n
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Rozas Pagaza, M. (2000): La intervención profesional en relación con la Cuestión Social.
Buenos Aires: Espacio
Max Agüero, E. (2012). Trabajo Social Familiar e Intervención Diagnóstica: Apuntes y
Contribuciones Teóricas- Epistemológicas. San Salvador de Jujuy.
Montenegro, E. y Montenegro, M. (2020). Revista Reflexiones 7 (en prensa).
Segato, R. (2010). Las estructuras elementales de la violencia: ensayos sobre género entre la
antropología, el psicoanálisis y los derechos humanos. Buenos Aires: Prometeo.
Simón, C. y Montenegro, E. (2018). El rol del trabajador social dentro del ámbito de la
justicia, en el marco de la Ley de Salud Mental 26657/10. Revista Difusiones 14:89-100.
Legislación y otros documentos consultados
ONU MUJERES. Violencia contra las mujeres: la pandemia en la sombra. Declaración de
Phumzile Mlambo-Ngcuka, Directora Ejecutiva de ONU Mujeres (Fecha: 06/04/2020)
https://www.unwomen.org/es/news/stories/2020/4/statement-ed-phumzile-violence-
against-women-during-pandemic
Ley 26.657. Ley Nacional de Salud Mental.
Ley Provincial N°5937 de Adhesión a La Ley Nacional de Salud Mental.
Ley Nacional de Ejercicio Profesional de Trabajo Social N°27072.
OBSERVATORIO DE LAS VIOLENCIAS DE GÉNERO Ahora Que Nos Ven” “Femicidios
durante la Cuarentena” Disponible en: http://idepsalud.org/hubo-32-femicidios-durante-
la-cuarentena-observatorio-ahora-que-si-nos-ven/